Sangre de cantinera

Nada más comenzar el año 1837, durante la primera guerra carlista, se cruzan los caminos de un Capitán del ejército Carlista de la ciudad de Irún (País Vasco, España), y la hija de un buen amigo suyo que sueña con llegar a ser Cantinera de Batallón.
El Capitán, cumpliendo una promesa hecha a su amigo antes de fallecer, asumirá el papel de padre adoptivo de ella, ayudándola a partir de ese momento a hacer realidad sus sueños.
Juntos vivirán los años de mayor crueldad de la primera guerra carlista.
Las sangrientas batallas, los egoísmos de los poderes de la época y las rigideces de las ordenanzas militares pondrán a prueba su relación hasta el final de la guerra en 1839.
La figura de la cantinera de batallón, o vivandière, como se las conoce fuera de España, se representa en esta ficción como una amalgama de los diversos roles que las cantineras de todo el mundo han desempeñado a lo largo de los años, destacando sus actividades tanto como enfermeras de batalla como en servicios de intendencia.